NO SÉ POR DONDE ENTRA

Sumido en la penumbra que antecede al abismo

abierto, corroído, sangrando en suma.

Imagino telarañas al ver la luz del día

reflejada en el techo de la cripta que habito.

 

No sé por dónde entra, no sé por dónde entra.

 

Supongo que es de día, a lo mejor son faros

y la noche, la noche es eterna,

pero ver la luz significa el verde,

reflejos de esperanza en la orilla.

No sé si es día o noche,

he perdido la cuenta.

Oigo ruidos y voces

lejanos, mitigados.

La sangre de las olas, espumosa, benigna,

roja y alimenticia

salpica sobre mí dejando manchas negras,

secas, negras.

 

No sé por dónde entra, no sé por dónde entra.

                      Carlos Vargas